La gran sorpresa de mi nieta:

Hola soy la abuela de Sally Davis y le tengo una sorpresa a Sally ¿Sabéis cual es? ¡no! pues es: Llevarla a París, Francia...

París Francia
París Francia

Lo que me hace más feliz es ver que ella esta bien, así que yo y su abuelo hemos decidido llevarla junto a sus padres, y como no, Punky (el erizo de Sally) también vendrá a este maravilloso lugar. 


Nos vamos dentro de 2 días, aunque ella no lo sabe. Su abuelo ha ido a recogerla para contárselo y también traerá a sus padres, además de su mascota Punky. En verdad, no teníamos mucho dinero, pero decidimos solicitar un préstamo como el que puedes ver haciendo click aquí, y de esta forma pude hacer realidad el sueño de mi nieta, gracias a este adelanto de dinero.

Se les cuenta la sorpresa:

Al llegar mi marido a casa acompañados de toda nuestra familia se sentaron en la mesa y ahí fue donde les contamos la gran sorpresa. Y a decir verdad, mi nieta por poco llega al  aeropuerto volando de la emoción. Incluso, mi hija se quedó sorprendida al igual que su marido, hasta al pobre erizo se les abrieron hasta las cuencas de los ojos.

¡Madre mía los tres corrieron a comprar las maletas! Al igual que nosotros que nos unimos a la compra, así que fuimos todos juntos en el coche del abuelo de Sally. 

Llegamos a una tienda donde vendían unas preciosas maletas. Así que allí mismo optamos por adquirirlas. La mía era en azul claro, la de mi hija era morado, la de mi yerno era verde pistacho, mi marido optó por una amarillo claro y la de mi nieta rosa chicle. Todos  íbamos muy contentos.

A prepararlo todo:

Yo y mi marido nos pasamos toda la noche sacando los billetes de avión y de otra pequeña sorpresa, la reserva del hotel de dentro de el parque de Disneyland Paris

Mi nieta mientras se quedó en casa escribiendo su diario: Hola soy Sally y voy a contar que estuvimos haciendo yo, mi padre, mi madre y Punky por la tarde antes de marcharnos de viaje.

Yo me pasé hasta las 6 de la mañana haciendo mis maletas, entre ellas llevaba una de maquillaje y aseo, y otra de ropa y zapatos. Mis padres al igual que yo, pero Punky ¡ummm! se lo pasó roncando como siempre.

Al día siguiente fui a casa de mi nieta y le entregué los billetes de avión, además aproveché para contarle la sorpresa de que iban a visitar Disneyland Paris.

Mi hija al abrirme la puerta, Sally vino a darme un fuerte abrazo, así que le comenté sobre la sorpresa, y ella de la alegría por poco se desmaya. Al reanimarse iniciamos una conversación que duró alrededor de una hora, y ahí comentamos varios asuntos, por ejemplo en que coche íbamos a ir, a qué hora saldríamos, entre otros.

Finalmente, dejé las entradas en la mesa y nos despedimos. Salimos dirección preparar nuestras  maletas. ¡Estábamos tan ilusionados!

Llego el gran día: 

Al fin llegó el gran día, así que al levantarnos nos vestimos, hicimos la cama, y cogimos impacientes las maletas. A continuación, nos fuimos al aeropuerto con intención de buscar a mi nieta, a mi hija y a mi yerno. Una vez que nos encontramos nos fuimos a desayunar. A posteriori, luego cogimos el avión con dirección a París. Una vez que aterrizamos nos fuimos directamente
al hotel a descansar del vuelo. 

Nuestro avión
Nuestro avión

1 Día:

El primer día fuimos al parque Disney, donde mi nieta se compró una libreta, y en ella iba pidiendo a cada personaje Disney su autógrafo. Luego, nos montamos en atracciones como: el laberinto de Alicia. Al rato nos entró un poco de hambre así que nos fuimos a comer a un restaurante precioso, y allí cenamos todos juntos en el hotel Disney.

2 Día:

Al siguiente día fuimos a ver la ciudad y vimos cosas como el museo del Louvre, el Arco del Triunfo y la famosa Torre Eiffel. Finalmente, almorzamos todos en un sitio francés, y lo mejor que estábamos todos juntos. Y a la hora de la cena preferimos hacerlo en el hotel Disney.

3 Día:

El último día en París fue espectacular porque fuimos otra vez al parque Disney y mi nieta consiguió por fin todas las firmas de todos los personajes Disney. Después de almorzar nos fuimos al hotel a pasar el día en el spa, y sobre las 21:00 nos fuimos a cenar, siendo una cena diferente, ya que consistía en un delicioso bufete. Finalmente, nos dirigimos a dormir.

Ya nos vamos:

Nos levantamos todos muy temprano, nos vestimos y bajamos a desayunar. A continuación, sin pesarlo dos veces, todos nos dirijamos al aeropuerto. Al llegar allí nos montamos en el avión y de vuelta a casa. En verdad tengo que decir qué fue un viaje muy feliz junto a mi familia, sobre todo porque vi disfrutar mucho a mi nieta Sally Davis. 

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