Gaspar y su anhelo grande de ser pequeño para siempre, se pasó la tarde jugando a la rayuela con Luisa y sus demás amigos, al llegar a casa la mamá enojada lo esperaba con sus libros de escuela, debes de tener responsabilidades niño te hace falta la tarea y te vas campante a gastar tus tardes en esos juegos que para nada sirven, Gaspar con el tedio a cuestas se sentaba solo en la mesa aquella a la cual odiaba, era Geografía para que me sirve saber de Surinam y Paramaribo yo quiero conocer las piscinas grandes de Semuc Champey, las ruinas mayas de Peten Itzá. 

Dime Madre mía para que me sirve conocer que Bogotá es la capital de Colombia si tan solo ando de este barrio chico hasta la escuelita 20 de Octubre, si el mercado es lo más lejos que conozco, nunca me has llevado a la capital, dime Madre mía para que me sirve estos libros viejos que me dejó mi hermano si mi mundo entero es la calle ancha de este barrio nuevo y sus dos callejones sin salida.
 


Anda Gasparin que se te hace tarde termina tu tarea, quiero oírte memorizar las capitales de América del Sur, no hables tonterías que serás un día un hombre exitoso y visitaras quizás esos lugares los cuales mencionas, así Gaspar se cargó los libros y cabalgo los años lo llevaban siempre desde su casa hasta la escuela.

Luisa caminaba junto a Gaspar todos los días, primero a la escuela, luego al Instituto, Las paredes grises del salón de clases fueron convirtiéndose en parte de sus vidas y se hicieron grandes, quedaron atrás el trompo, las canicas y jugar a mamá y papá, ahora tienen estudio, los formaron para ser competentes, y los anhelos se hicieron cada vez más grandes, y esos anhelos separó de pronto sus vidas, cada quien tomo su rumbo, cada quien estudió lo que querían ser.


La Madre de Gaspar lo mando a la Capital, ahorro sus años para alquilarle un apartamento, empezó a estudiar para Ingeniero y nuevamente cabalgó los años desde su apartamento a la Universidad.

El Ingeniero Gaspar lo contrató una Compañía Internacional que Sembraba banano en Guatemala, Colombia y Surinam, y gastó sus días y sus noches, a cambio de dinero, y se vio al espejo una noche solitaria lleno de preguntas fósiles, Se Acordó de Mami, de Luisa y su Barrio Nuevo, con la brevedad precisa de los desesperados regresó un día de Abril a su Pueblo hermoso, de un lugar llamado Izabal, caminaba su barrio con la alegría de un preso que termina su condena, se dio cuenta en ese instante que su Barrio Nuevo ya no era grande, y en los callejones sin salida jugaban más niños de los que hubiera imaginado, caminaba a prisa por fin vislumbró su casa moderna y bonita, su mamá sentada en el jardín y Luisa abrazaba a su hermano mayor que cargaba un niño.


De que me sirvieron los libros si me volvieron esclavo de la compañía, de que me sirvió el estudio si me formaron para la competencia y no para disfrutar la vida, desde ese día Gaspar fundó una fábrica de juguetes en su pueblo, los niños llegaban felices y el los atendía con la calidez del niño aquel que jugaba a la rayuela.

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